¿Conoces esa sensación? Son las tres de la mañana, te despiertas con la boca más seca que el desierto del Sáhara y empieza la odisea. La peregrinación a la cocina a oscuras, tropezando con objetos no identificados y tratando de no hacer ruido. ¡Pues se acabó! Te presentamos al superhéroe de la hidratación nocturna: este elegantísimo juego de jarra y vaso. Es la solución más civilizada y con más clase para tener agua fresca a mano sin moverte de la cama. Y lo mejor de todo es su diseño de matrícula de honor: el vaso encaja perfectamente en la parte superior, convirtiéndose en una tapa que protege tu agua del polvo, de pelusas misteriosas y de la curiosidad de tu gato.

Pero no es solo un invento práctico, es también una pieza de decoración. Su diseño minimalista y compacto, hecho de un vidrio transparente y sin plomo, le da un toque de hotel de cinco estrellas a cualquier mesita de noche o escritorio. Es de esas cosas que, sin hacer ruido, elevan el estilo de una habitación. El vidrio es robusto y de alta calidad, lo que te da la tranquilidad de que no se va a volcar a la primera de cambio si le das un manotazo buscando el móvil a tientas. Con sus 750 ml de capacidad, tienes agua más que suficiente para toda la noche, para tomarte tus medicamentos o simplemente para empezar el día bien hidratado.

Y cuando creías que ya no podía ser más útil, ¡descubres su increíble versatilidad! ¿En la mesita de noche? Un clásico. ¿En el escritorio? La forma más chic de recordarte que bebas agua durante el día. ¿En el baño? Se convierte en el dispensador de enjuague bucal más sofisticado que hayas visto. Incluso puedes usarlo como una mini jarra personal para servir vino o whisky a tus invitados (o a ti mismo, que también te lo mereces). Es, en resumen, el pequeño mayordomo de cristal que no sabías que necesitabas, siempre listo para servirte con estilo.